25 de junio de 2016. XVII edicción ÁVILA EN TAPAS. POR EL CAMINO DE SWANN.


El último fin de semana de junio se ha celebrado un año más     "Ávila en tapas".

Este año, 50 aniversario de nuestra cafetería,  hemos participado con una tapa que ha pretendido ser , sobre todo, un concepto: el agradecimiento de tantos años resumido en la tapa por excelencia de la casa pero de manera algo especial.

Estas son las fotos y esta la historia.

Ingredientes

La piedra pequeña es puré de patata parmentier elaborado con leche de coco, tinta de calamar, tikka masala, para dar el aspecto y el sabor  terroso usamos una pasta hecha de lactosa y agalita, y para el musgo, semillas de amapola y perejil seco.

La piedra grande, pan negro.

Mahonesa tradicional de la casa con ajo negro, 
 tinta de calamar, cúrcuma y semillas de amapola.



A lo largo de estos años habéis sido muchos los que nos
habéis acompañado, día a día…
Muchas anécdotas, muchos momentos que darían para escribir un libro ilustrado.
Cumplimos 50 años llenos de orgullo por el trabajo duro y constante y, sobre todo, de agradecimiento. A los fieles desde el principio, a los de paso, a los ya amigos, a Mayo que vino con 14 años y se acaba de jubilar a nuestro lado, y a los que ya no están y fueron parte importante de nuestra historia.
Nuestro homenaje para todos y un brindis al cielo con una caña…
Y para acompañar…de tapita? el verdadero sello de la casa:
Nuestras sencillas patatas con mahonesa,
Hace poco alguien desde la distancia nos contó que había vivido un tiempo aquí y las definió como sus
Magdalenas de Proust*
Hoy tenían que estar presentes, igual de sencillas, pero no como siempre…
Ávila, Gredos…y sus rocas de granito.
Para hacernos sentir como en casa.
Gracias.

*Marcel Proust escribió entre 1908 y 1922 En busca del tiempo perdido, una novela que consta de siete volúmenes. Uno de los fragmentos más conocidos tiene lugar en el primero: Por el camino de Swann, cuando al tomar una magdalena y una taza de té rememora de repente gracias al sabor, la textura y el aroma, recuerdos perdidos de su infancia. Así, algo tan sencillo se ha convertido en el tiempo en el símbolo del poder de los sentidos. De su capacidad para removernos la memoria en el espacio y el tiempo de una manera plena y feliz.

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